El emprendimiento beneficia el progreso de las comunidades, mejorando su calidad de vida, favoreciendo el desarrollo de capacidades y competencias, y promoviendo el desarrollo sostenible. La mujer emprendedora se caracteriza por ser una persona que, desempeña un rol de cambio en el sector social y económico, ya que no solo reconoce y trabaja en busca de oportunidades, sino que, también identifica riesgos que pueden afectar sus objetivos; Participando en un proceso de construcción, innovación, adaptación y aprendizaje continuo.
En la mayoría de casos, el emprender favorece la inclusión de las mujeres en el acceso a la información y el conocimiento. En Colombia se viene estableciendo como una alternativa sólida para el desarrollo económico del país; se evidencian beneficios a través de la participación de las mujeres en programas que potencien sus iniciativas productivas, mediante el uso de medios tecnológicos. El acceso a internet y su entrenamiento para usarlo, son herramientas para que las mujeres aprendan a fortalecer sus habilidades empresariales, ensanchando sus oportunidades de trabajo y avanzando hacia la productividad de sus empresas. De hecho, en nuestro contexto se mitiga la brecha social entre los hombres y las mujeres, en la medida en que estas emprenden, amplían sus oportunidades de trabajo, desarrollan una capacidad empresarial y su autonomía económica, lo que contribuye al empoderamiento personal y social.
Se ha incrementado la presencia de herramientas tecnológicas en el fortalecimiento de las capacidades de la mujer para lograr la autonomía económica a través del mejoramiento en su formación, acceso a información, e incursión en redes de apoyo que, mediante la asesoría y el apoyo económico, contribuyen a la implementación de la innovación, y de estrategias para enfrentar los nuevos desafíos de la economía global.
Se destaca la importancia de la incorporación y el aprovechamiento de las tecnologías digitales en las iniciativas de mujeres emprendedoras, con la intención de consolidar sus condiciones y calidad de vida, así como la innovación en las habilidades de toma de decisiones, análisis de riesgos y acciones, a pesar de las complicaciones contextuales.
Supone impactos adicionales, como mayores ingresos familiares, incremento de la empleabilidad en las comunidades, y la oferta de empleos y servicios; lo que transforma la calidad de vida de las familias.
El desarrollo humano, bajo la incidencia de las nuevas ciencias tecnológicas aplicadas, abarca también el impulso económico dentro de la nueva sociedad de la información. La innovación se basa cada día más en tecnologías digitales y estándares productivos que, pueden impulsar los beneficios económicos y sociales, si se conducen inteligentemente. Las mujeres que se preparan, adaptándose para gestionar el conocimiento a favor de sus empresas, podrán aprovechar estas ventajas como capital para el éxito.